Jaime Triviño

Don Jaime tiene 82 años y vive en la comuna de Independencia, en una casa que heredó de sus padres. Nos cuenta que esa casa ha sido su lugar seguro durante toda la vida, y que cada rincón le recuerda a alguien de su familia. Aunque vive solo desde que enviudó, se siente acompañado por los recuerdos y por los vecinos que lo saludan todos los días en la calle.
De joven trabajó como tornero mecánico en una fábrica de autopartes. Dice que la vida en la fábrica era dura, con jornadas largas y exigentes, pero también llena de camaradería. “Lo más lindo eran las once compartidas con los compañeros, eso no se olvida”, asegura.
Jaime nunca terminó la enseñanza media, pero siente que aprendió mucho a través de su trabajo y del trato con la gente. Con orgullo nos cuenta que fue él quien enseñó a sus hijos a leer y escribir cuando eran pequeños. Hoy, disfruta mucho leer el diario cada mañana y seguir los partidos de fútbol en la televisión.
Aunque reconoce que la soledad a veces pesa, afirma que no le teme a envejecer: “Lo importante es haber hecho las cosas con cariño, aunque uno se equivoque”.







