Teresa Vasquez

Teresa tiene 85 años y vive en la comuna de Quinta Normal, en la misma casa donde crió a sus cuatro hijos. Nos cuenta que llegó allí con su esposo a comienzos de los años 70, cuando el barrio aún era tranquilo y lleno de terrenos baldíos. Hoy, dice que le gusta ver cómo el sector ha cambiado, aunque a veces extraña la calma de antes.
De niña vivió en Valparaíso y recuerda con claridad los cerros y las escaleras interminables. “Subir y bajar era nuestro deporte, por eso las piernas me duraron tanto”, comenta riéndose. Su familia era numerosa y el dinero escaso, por lo que desde muy joven trabajó como costurera para aportar en la casa. Ese oficio se transformó en su sustento durante toda la vida, confeccionando uniformes escolares, vestidos y ropa para vecinos y conocidos.
Teresa se describe como una mujer perseverante y orgullosa de haber sacado adelante a sus hijos, todos profesionales hoy en día. Reconoce que la vida no fue fácil, especialmente tras la muerte temprana de su esposo, pero siente que la fortaleza la heredó de su madre: “Ella siempre decía que una mujer tiene que ser capaz de sostener la casa aunque se caiga el mundo”.
Hoy disfruta pasar tiempo con sus nietos y bisnietos, a quienes les cuenta historias de su infancia en el puerto y les enseña a coser botones o a tejer. Aunque su vista ya no es la misma, todavía conserva su antigua máquina de coser, que guarda como un tesoro en su sala de estar.
“Creo que he tenido una buena vida —dice con calma—. No perfecta, pero llena de aprendizajes y cariño”.







